martes, 31 de mayo de 2011

Entrevista al abogado Jaime Madariaga


"Alejandro Rodríguez es inocente”

por Arnaldo Pérez Guerra
Jaime Madariaga de la Barra (41 años), fue abogado de la documentalista Elena Varela, del escritor vasco Asel Luzárraga Zarrabeitía, de los lonkos Pascual Pichún Paillalao y Aniceto Norín Catrimán, y ha sido defensor en los casos de mapuches acusados de pertenecer a la Coordinadora Arauco Malleco (CAM). Actualmente es el abogado de una decena de mapuches acusados por la Ley Antiterrorista, que permanecieron meses en huelga de hambre el año pasado. “Hoy todos están en libertad, pero los juicios aún no han terminado”, dice. Jaime Madariaga estudió derecho en la Universidad de Concepción y la mayor parte de su trabajo lo realiza en el sur. “La verdad, eso es algo de lo que no me gusta mucho hablar. Son causas que llevo ante diversos tribunales, y también en el plano internacional”, agrega. Actualmente, es uno de los abogados de Alejandro Rodríguez Escobar, ex militante del MAPU-Lautaro, en injusta prisión desde hace 9 meses.
Alejandro Rodríguez se encuentra en prisión en el Centro de Detención Penitenciaria Santiago Uno, en el Módulo de Máxima Seguridad. El 21 de diciembre de 2010 inició una huelga de hambre líquida, que mantuvo durante un mes, denunciando la ilegalidad de la prisión que lo afecta, la violación a las normas del debido proceso y de sus derechos.
Fue detenido el 30 de agosto de 2010, por la Brigada Investigadora de Robos Metropolitana Oriente de la Policía de Investigaciones de Chile (PDI), acusado de participar de un delito que jamás cometió. El Cuarto Juzgado de Garantía le ha concedido la libertad en dos oportunidades, criticando las “pruebas” aportadas por el Ministerio Público. El juez Jorge Norambuena Carrillo señaló, incluso, que los “reconocimientos fotográficos y la rueda de detenidos eran completamente ilegales”, agregando que “anteriores condenas -de 1999 y 2000- no serían consideradas como antecedentes de mala conducta por su Juzgado, porque fueron dictadas por tribunales militares que no respetaron las garantías de un Estado democrático de derecho”. Norambuena invocó convenios internacionales suscritos por Chile, estimando como “insuficientes e ilegales” las pruebas de la Fiscalía. El día que Alejandro es acusado de participar en un robo de una camioneta, él se encontraba trabajando una empresa de fotocopiado -Max Hüber-, donde cumplía horario. De eso hay constancias y documentos. A pesar que el Ministerio Público conoce la ilegalidad de las pruebas rendidas y lo absurdo de las imputaciones, persiste en inculparlo. Lo que se explicaría sólo por su condición de ex militante y ex preso político. “El proceso penal en su contra es un montaje que no tiene otro propósito que escarmentar y perseguir a luchadores sociales, que alguna vez por su condición de militantes de movimientos de izquierda entraron en conflicto con la ley. Incluso en ese esfuerzo se le intentó vincular al ‘Caso bombas’”, afirman sus familiares y amigos en una carta dirigida al Instituto Nacional de Derechos Humanos que entregaron junto a la abogada Alejandra Arriaza Donoso, que también participa de la defensa.
A los acusados del 14 de agosto se suman los del 30 de agosto. Alejandro no es el único inculpado por la Fiscalía. En la causa también se involucra a Patricio Gallardo Trujillo, ex preso político del MAPU-Lautaro, quien también permanece en prisión en el Centro de Detención Penitenciaria Santiago Uno.
“Soy un rehén del capitalismo, secuestrado por el Estado, privado de libertad… Espero lograr la absolución de todos los cargos que se me imputan. Aún me queda superar una instancia mayor, un Juicio Oral, en el que confío seré absuelto de la totalidad de los cargos, pues la Fiscalía no cuenta con ninguna prueba material que me relacione con algún ilícito. Mi defensa ha podido acreditar, con pruebas, documentos y diversos testigos, mi completa inocencia, echando por tierra las presunciones en mi contra y constatando los vicios y la mala calidad investigativa por parte de la Fiscalía y la PDI, que sólo se han aferrado de mi pasado político militante para mantenerme encarcelado. Estoy prisionero y criminalizado por actos cometidos hace más de 18 años atrás, y por los cuales cumplí casi 12 años de prisión efectiva y permanente, además de 6 años de libertad condicional”, dice Alejandro Rodríguez. “Mi caso, al igual que el de varios compañeros que tienen un pasado político, es una persecución, en la que buscan a través de nuestro pasado dar un peso político al mal llamado ‘caso bombas’. Pero, al paso del tiempo, queda cada vez más al descubierto como un montaje político, judicial y mediático que sólo busca nuestra criminalización”, agrega.
LOS PASOS JUDICIALES
-¿Cuál es la actual situación procesal de Alejandro Rodríguez Escobar? ¿En qué tribunal está y qué fiscal está a cargo de su causa?
“Alejandro tiene la calidad de imputado preso, y la causa es conocida por el 11º Juzgado de Garantía de San Miguel. Actualmente, el fiscal a cargo es Marcelo Vargas, de la Fiscalía Oriente”.
-El juez Jorge Norambuena dos veces dejó en libertad a Alejandro Rodríguez argumentando que las pruebas estaban viciadas. ¿Cuál es su opinión?
“Efectivamente, el juez Norambuena lo ha dejado en libertad, pero la Corte de Apelaciones ha revocado lo actuado por el juez. Lamentablemente, en Chile no existe una forma razonable de hacer la diligencia de reconocimiento en ‘rueda de presos’. No puede olvidarse que la causa número uno de las condenas injustas es el reconocimiento errado de los testigos. No se trata de que los testigos estén mintiendo, sino que suelen cometerse graves errores en los reconocimientos que hacen estos testigos. Sobre eso hay muchas experiencias, no sólo en Chile sino en todo el mundo. Y esto se acrecienta en casos como el de Alejandro Rodríguez, en que no se realizan estos reconocimientos conforme a ningún protocolo y normalmente se usan preguntas como ‘cuál de estas personas es la que cometió el delito’, sin que se ofrezca la alternativa de que ninguna de las fotos que se exhiben sea del autor del delito”.
-A su juicio, por qué Alejandro sigue detenido. ¿Tendrá algo que ver su pasado como militante del MAPU- Lautaro? ¿Se podría hablar de otro montaje?
“Acusar montajes puede no ser siempre una buena idea porque más allá de que sí exista un montaje, el afirmar su existencia obliga a demostrarlo y eso no siempre es fácil, por más evidente de que se trate de un montaje… Y si no se prueba, esa tesis puede terminar perjudicando al defendido. Efectivamente, Alejandro continúa preso más por su pasado que por lo que se le acusa”.
-Se le acusa por la Ley de control de Armas y Explosivos pues se encontró en su domicilio el casquete vacío de una bala, que le fue entregada por una persona para que le hiciera un colgante en su calidad de artesano orfebre. Quien le encargó ese trabajo realizó una declaración jurada que fue entregada en el tribunal. También se le acusa del robo de una camioneta, pero el día del asalto Alejandro estaba trabajando en un local de fotocopiado donde cumplía horario. Los documentos que lo acreditan fueron entregados al tribunal, sin embargo, no han significado su excarcelación o la anulación del procedimiento. ¿Cuál es su opinión?
“En realidad fueron entregados a la Fiscalía, que es el órgano encargado de la investigación… Y si bien demuestran que Alejandro Rodríguez no es culpable de ningún delito el fiscal no lo ha estimado así. Lamentablemente, en Chile, esto de que el Ministerio Público debe actuar con igual celo para probar tanto la inocencia como la culpabilidad del imputado durante todo el período de investigación, no es más que poesía… Lo cierto es que la objetividad en la realidad judicial chilena no existe. Y menos con personas con una pasado político de lucha social o de personas mapuche o de quienes participan de la protesta social, entre otros”.
-¿Cuáles son los pasos a seguir por la defensa?
“No se deben anunciar, sino que simplemente los haremos cuando corresponda”.
-¿Cuándo se iniciará el juicio? ¿Es posible solicitar arresto domiciliario u otras medidas cautelares para Alejandro?
“Sí, es absolutamente posible, y creemos que así será… En cuanto al inicio del juicio, es difícil decirlo, pues los plazos dependerán de cuándo sea el cierre de la investigación, pero existen diligencias pendientes que hemos pedido reiteradamente que se realicen, y que no se han cumplido aún”.
-Usted ha defendido a comuneros mapuches, a la documentalista Elena Varela y al ciudadano vasco y escritor Asel Luzárraga, acusados de terrorismo. ¿Por qué asumió la defensa de Alejandro Rodríguez?
“Porque su pareja me lo pidió y evidentemente se trata de una persona inocente que es perseguida por su pasado político y porque se le intentó vincular al caso bombas, algo completamente absurdo”.
-Si Alejandro Rodríguez no participó del robo del vehículo del que se le acusa -pues estaba trabajando- mal podría haber manejado, luego, ese mismo vehículo para intentar asaltar un camión de valores días después. Eso sin considerar, además, que él no sabe manejar. ¿Cuál es su opinión?
“Todo esto es una demostración más de que Alejandro ha sido perseguido no por lo que ha hecho, sino por lo que él es… Eso se llama derecho penal de autor. A través de esta forma de ver el Derecho las personas son perseguidas por haber sido Lautaro o del MIR, o por ser gitanos o judíos, u homosexuales o anarquistas”.
-¿Qué explicación hay para que la Fiscalía haya demorado tanto las diligencias en esta causa?
“Ninguna, o al menos, ninguna razonable. La cuestión que hay que tener presente como abogado defensor es que nuestro objetivo es el éxito concreto en el caso particular. Una declaración de principios muy buena, puede no serlo para ayudar a Alejandro. Pero más allá de todo, si hay un proceso adecuado y las pruebas se muestran como son y sin adulteraciones, no tengo duda de que Alejandro Rodríguez debe ser absuelto”.
-¿Cuál es la impresión de su defendido sobre lo que le está ocurriendo y esta kafkiana trama judicial?
“Él mantiene la convicción de que saldrá en libertad y todo se aclarará. La verdad es que esta trama no es tan kafkiana ya que personas inocentes pero con una historia personal como la de Alejandro muchas veces son víctimas de la persecución penal injusta. No es algo que sorprenda, pero es algo que indigna”.
(*) Historiador y Periodista. Ex preso político. www.liberacion.cl


Fuente :
 
 

jueves, 26 de mayo de 2011

COMO PUEDES AYUDAR

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FIN A LA LEY ANTITERRORISTA
FIN A LA PERSECUCION POLITICA
LIBERTAD AHORA !!

LIBERTAD A TODOS LOS PRESOS POLITICOS CHILENOS Y MAPUCHES 

miércoles, 25 de mayo de 2011

"Un vil montaje"

Alejandro Rodríguez Escobar, prisionero político en Santiago Uno, denuncia:
El día 30 de agosto del 2010 y pasado el medio día, fui detenido por personal de la Policía de Investigaciones de Chile (PDI) -en la comuna de Ñuñoa-, cuando me dirigía a mi lugar de trabajo, por una orden emanada de la Fiscalía de Las Condes, acusado, supe después, de "asaltar un camión de Prosegur".
Me golpearon, fui esposado y conducido en un vehículo hasta mi domicilio -un departamento de Villa Los Presidentes-, donde los efectivos efectuaron un amplio "allanamiento". Nunca se me dijo el motivo ni se me mostró orden alguna de detención ni de allanamiento. Posteriormente, me trasladaron hasta un cuartel de la Policía de Investigaciones en Las Condes… Allí, pasadas las 16:30 horas la PDI efectuó "una rueda de reconocimiento" con dos testigos del "asalto" en que me acusan haber participado. Me pusieron en la fila y "fui reconocido". ¡Y cómo no!, si los otros en la fila eran personal de la propia PDI, que llevaba a cabo la supuesta investigación. Por esta razón -cosa insólita e inaudita-, tanto testigos como policías se conocían de antemano. Además, el asalto se había cometido un año antes. Yo no contaba con ningún abogado como lo estipula la ley para estos casos. Todo fue viciado, como lo señaló posteriormente el juez Jorge Norambuena. Denuncio responsablemente, esto es un vil montaje.
Estando en el cuartel de la PDI, me encontré con la sorpresa que en esta misma unidad también estaba Patricio Gallardo Trujillo, ex preso político y militante del MAPU-Lautaro. A él también se le acusa de este "asalto" y, al igual que yo, fue "reconocido" por los "testigos", en igual procedimiento. Cabe señalar que ambos no tenemos ningún tipo de relación y, más aún, no nos veíamos desde hace casi tres años. La última vez fue un 12 de octubre, en 2007, en la marcha de los pueblos originarios.
Ambos fuimos trasladados al cuartel Borgoño de la PDI, por "razones de seguridad" -dijeron-, pero está claro que su intención era mostrarnos ante la prensa, que se encontraba desde hacía varias horas en la unidad policial y ya había informado de nuestra detención por la TV, radio y medios electrónicos. Fue la prensa la que me preguntó por "explosivos" encontrados en mi domicilio. ¿De dónde sacaron eso? Ya en el cuartel Borgoño nos pidieron realizar "peritajes" para la detección de sustancias explosivas, cosa sumamente extraña ya que se nos acusa de un asalto a un camión blindado y, como dije antes, ocurrido hace un año atrás.
Por otra parte, los objetos y pertenencias que fueron incautados por la policía en mi domicilio correspondían a productos químicos, además de herramientas y sopletes que utilizo para la elaboración de joyas, uno de mis oficios. Había también, y fue incautada como prueba, literatura, panfletos, afiches y propaganda -que data de bastantes años atrás (2004)- destinada a campañas por la liberación de los prisioneros políticos de la Cárcel de Alta Seguridad (CAS), donde estuve prisionero.
Fui prisionero político y pertenecí al MAPU-Lautaro, permaneciendo prisionero casi 12 años y, hasta el momento de mi detención este 30 de agosto, me encontraba en libertad condicional y firma semanal, desde hace 6 años.
Denuncio que hoy me encuentro nuevamente secuestrado por el Estado y soy un rehén del capitalismo, encarcelado actualmente en el C.D.P. Santiago Uno, en los Módulos de Máxima Seguridad.
Llevo más de ocho meses secuestrado y en este lapso el Cuarto Juzgado de Garantía me ha otorgado en dos ocasiones la libertad, esto por las aberraciones cometidas sobre mi persona durante la "investigación" en mi contra, y por carecer de pruebas que me liguen al supuesto asalto del que me acusan. Pero ante las apelaciones interpuestas por la Fiscalía, la Corte de Apelaciones me ha negado el legítimo derecho de caminar libre.
Este caso huele mal y me recuerda a los procesos llevados a cabo por las Fiscalías Militares de Pinochet a fines de los ‘80 y principios de los ’90. Se han utilizado testigos inducidos por parte de la PDI y la Fiscalía como única "prueba", a pesar que, se dice, se nos viene investigando hace más de un año. ¡Y recién ahora nos someten a ruedas de reconocimiento! Todo lo que ha obrado la Fiscalía está completamente viciado, esto es un vil montaje. Además, han ignorado por completo pruebas y testimonios que nos sitúan en nuestros respectivos lugares de trabajo el día del ilícito del que nos acusan.
Por otra parte, no resulta casualidad que nuestras detenciones fueran realizadas justo después de los bullados allanamientos a las casas okupa y posterior detención de lxs compañerxs anarquistas y antiautoritarios -o el mal llamado "Caso Bombas"-, dándole así un revuelo mediático y potenciando ambas noticias. Buscaban juntar todo en un mismo saco y así darle mayor realce a este montaje: Sí, montaje. Soy categórico en denunciar esto como un vil montaje, orquestado y organizado por la derecha golpista, especialista en este tipo de maquinaciones y campañas del terror en contra de todos los que pretendemos vivir y subsistir, al margen, lejos de sus políticas neoliberales y de libre mercado, instaladas a sangre y fuego durante décadas.
Hago un llamado a todas las mentes concientes y a las organizaciones sociales a denunciar este montaje político-jurídico con el fin de lograr mi libertad y mi vuelta a la calle.
Alejandro Rodríguez Escobar,
Rehén del capitalismo.
Secuestrado por el Estado.
- Basta de montajes y maquinaciones de la derecha golpista !!!
- Cuando aumenta la injusticia aumenta la lucha !!!
- Presos a la Kalle !!! 

Fuente:http://liberacion.cl/pp_211110.htm
Hoy me encuentro recluido en una cárcel de Chile, desde el 30 de agosto del 2010, como parte de un montaje policial y político. Anteriormente, estuve en prisión política en los años noventa y hasta principios del 2004. Al momento de mi detención el 2010 me encontraba terminando mi condena con firma semanal ante Gendarmería de Chile, la cual cumplía sin faltar ninguna semana, como en los informes de la propia Gendarmería se puede verificar. El día de mi detención, me dirigía a mi lugar de trabajo donde cumplía funciones de Maestro de Cocina en el segundo turno, desde abril del 2010. Hoy al ya cumplirse 9 meses de injusta prisión, la justicia me ha dejado libre en dos ocasiones, por las irregularidades de mi detección y, además, por las pruebas sin peso judicial, pero la Corte de Apelaciones de Santiago me ha revocado en dos oportunidades la libertad.
Acuso a mi caso judicial y como en el de varios compañeros que tienen un pasado político, una persecución sistemática, buscado a través de nuestro pasado, dar un peso político al mal llamado "caso bombas", donde al pasar del tiempo cada vez más ha quedado al descubierto el Montaje político, Judicial y mediático que busca la criminalización de las voces disidentes al Gobierno del señor Sebastián Piñera,
Te invito a informarte de mi situación en
libertad.alejandro.rodriguez@gmail.com
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